Una película muy triste, la situación por la cual pasa el matrimonio, es más común de lo que parece, deja en claro que los médicos no responden al principio de conocer para curar, no para manipular, aprovechan sus conocimientos para manipular a las personas, y convencerlas de aceptar tratamientos que no son del todo veneficos para ellos, con una verdad a medias, les dicen lo que desean oír para lograr el don de un hijo.
Recordar que no todo lo que es técnicamente posible es moralmente admisible: durante la película se observa cómo esta cuestión la aplican incluso los personajes principales, al omitir información importante a su sobrina quien a manera de agradecimiento está dispuesta a apoyarlos, pero ellos no son sinceros, y no les importa las complicaciones que pueda tener en ella el procedimiento al que será sometida, para los médicos esta cuestión de moral la dejan completamente de lado, al manipular de tal manera a las personas y el material genético de cada uno de ellos, sin importar el daño colateral que ello pueda ocasionar.
El valor absoluto de la vida humana y su inviolabilidad es algo que se olvida por completo en la trama, dejan de valorar la vida del matrimonio, como seres humanos, esclavisados en un mundo de farmacos y rutinas, la manipulación del material genético para experimentar e intentar crear un ser vivo.
Me parece una película muy triste, que desgraciadamente considero que deja ver la realidad de muchas familias a las cuales la ilusión de un hijo las invade y no se dan la oportunidad de analizar las consecuencias reales de este deseo.